lunes, 11 de abril de 2011

Lago Leopoldo, Edo. Amazonas

El 19 de diciembre mi esposa, mis tres hijos y un amigo, partimos vía terrestre para la ciudad de Pto. Ayacucho, capital del Edo. Amazonas, allá llegamos ese día al final de la tarde y nos reunimos con nuestro guía, al dia siguiente partimos desde el embarcadero de Samariapo en lanchas “voladoras” rumbo al Río Orinoco, visitamos el pueblo de Isla Ratón capital del municipio Autana, en la isla mas grande del Río Orinoco, luego partimos hacia el Río Sipapo donde hicimos una parada para almorzar, seguimos nuestro viaje y llegamos a nuestro primer campamento, Boca de Autana, allí pernoctamos en esa comunidad indígena, continuamos al día siguiente luego del desayuno y reaprovisionamiento de las embarcaciones hacia el lugar donde desembarcaríamos para iniciar nuestra caminata de 5 horas hasta el campamento base del lago Leopoldo, cargados con nuestros morrales emprendimos la travesía por la selva, gracias a nuestros guías fue posible llegar, ya que para el ojo inexperto nuestro era imposible distinguir el camino por el cual debíamos seguir, al llegar se armó el campamento a las 6 de la tarde, cenamos y dormimos en hamacas a la intemperie con un clima bastante cálido, la mañana siguiente la aprovechamos para darnos un baño en las oscuras aguas de la catarata que teníamos a lado del campamento, para luego emprender la subida al lago, es una caminata de unas 3 horas para llegar a un mirador espectacular, allí es posible observar está maravilla de la naturaleza, con sus aguas negras, tranquilas y misteriosas, luego de admirar esta belleza natural, bajamos unos 50 metros hasta las orillas del lago donde nos dimos un reparador baño con agua helada, nuestro guía no tuvo valor de entrar al agua, sus creencias le dicen que ese lago es peligroso, nosotros hicimos caso omiso y lo disfrutamos mucho, luego en medio de una lluvia pertinaz, iniciamos el descenso al campamento, donde pernoctaríamos y emprenderíamos la continuación de nuestro viaje, esta vez hacía el Autana, el árbol de la Vida.

Fue una experiencia que pasa pocas veces en la vida y cuando pasa hay que aprovecharla, no todos los días uno puede admirar personalmente cosas como esta, si alguien tiene la oportunidad de realizar este viaje, no lo piense dos veces, haga el esfuerzo, que bien vale la pena conocer el lago Leopoldo, Paraka- Wachoi en Piaroa.





lunes, 4 de abril de 2011

Autana, El Árbol de La Vida.

(Como me lo contó Miguel Espinoza)
Por José R. Marcano



En medio de la inmensidad de la selva existía un gran Árbol bajo el cual vivían todos los animales, ese Árbol llegaba hasta las estrellas y tenía todo tipo de frutos, los animales no subían a sus ramas y solo se alimentaban de los frutos que caían al suelo, pero había alguien que estaba violando las normas impuestas por la comunidad de animales, Cuchi-cuchi era el único animal que sabía como llegar a sus ramas, como era un animal nocturno todas las noches se escapaba sigilosamente, subía al Árbol y comía de sus frutos, regresaba a la selva antes de que los demás animales percibieran su ausencia, así estuvo haciéndolo durante largo tiempo hasta que, un día, llegó un poco mas tarde de lo acostumbrado y no tuvo tiempo de lavarse por lo que los otros animales se dieron cuenta por el aroma a frutas que tenía que algo estaba comiendo, pero no sabían de dónde provenía.

Danto dijo:
.- “Huele a frutas, aún no hemos ido al Árbol a comer, ¿será que alguien ha estado comiendo del Árbol?”
Todos negaron el haber comido antes que los demás.
En seguida y en secreto, Danto convocó a los animales a una reunión y decidieron seguirlo para ver a donde iba Cuchi-cuchi en las noches, todos dieron sus opiniones y al someter a votación para elegir quien iría, designaron a Picure para esta tarea, este comenzó a seguirlo pero, como no es un animal nocturno, al caer la noche se acostó a dormir y Perdió el rastro y volvió sin poder cumplir la misión encomendada.
Danto volvió a reunir a los animales y les explicó la situación:
.-“Picure hizo un gran esfuerzo, pero la noche lo tomó desprevenido y no pudo seguir, debemos elegir a otro candidato para que finalice esta tarea”.
Estuvieron discutiendo largo rato y llegaron a la conclusión de que debían elegir a un animal que pudiera seguir a Cuchi-cuchi, tanto de día como de noche y esta vez designaron a Lapa, quien si es nocturno, para seguirlo, cruzaron ríos y caños hasta que llegaron a la base de Autana y vio como Cuchi-cuchi se subía al Árbol, pero como Lapa no era trepador, no pudo seguirlo más, se quedó al pie del Árbol esperando para ver que pasaba, en eso Cuchi-cuchi dejó caer, sin querer, una fruta al suelo, Lapa corrió hacia el sitio donde había caído y como tenía mucho tiempo sin comer, la tomó, Cuchi-cuchi vio el movimiento y bajo a averiguar que pasaba y descubrió a Lapa comiéndose la fruta, él le dijo:
.-“Lapa, este Árbol está lleno de comida, podemos mantener el secreto entre los dos y podremos comer todo lo que queramos sin que los demás se den cuenta”.
Lapa le contestó:
.-“Cuchi-cuchi, lo que haces no es honesto, debo decirle a los demás animales que tú estás quebrantando el acuerdo de no subir al Árbol, para eso me designaron y no debo traicionar la confianza que depositaron en mi”.
Temiendo que Lapa lo delatara, Cuchi-cuchi lo atacó y se inició una fiera pelea, Cuchi-cuchi clavó sus garras en los costados de Lapa mientras esta lo tomaba y apretaba por el cuello, ambos quedaron mal heridos y se fueron huyendo, de allí le quedaron a Lapa las manchas blancas que exhibe en sus costados y a Cuchi-cuchi los ojos rojos y saltones, Lapa, como era más veloz, llegó a donde estaban los demás animales y les informó todo:
.-“He visto a Cuchi-cuchi subir al Árbol y comer sus frutos, tenemos que hacer algo para evitar que la tentación de subir continúe”.
 Los animales de la selva reunidos decidieron que el Árbol debía alimentarlos a todos, pero como no alcanzaban sus ramas había que cortarlo para que pudieran tomar los frutos, pero, Ardilla, que tenía su casa en el Árbol, protestó:
.-“Mi casa se encuentra en el Árbol, si lo cortan me quedaré a la intemperie y moriré, ya que no tendré donde almacenar mi alimento, ni guarecerme de la lluvia”.
Y pidió que si cortaban el Árbol tenía que ser sobre su casa, nunca por debajo de ella, ya que se quedaría sin hogar, y así se decidió.
Fueron designados para esta tarea los roedores y comenzaron a cortar el Árbol, pero como debían dormir en las noches, el Árbol volvía a cerrar los cortes hechos en el día, por lo que no avanzaban, los animales estaban desconcertados y no encontraban solución al problema, después de varios días de reuniones y discusiones no podían llegar a una solución, el Árbol seguía en pie y todos los días curaba las heridas que le hacían.
Danto se retiró a pensar en la selva y al cabo de unos días regresó y dijo:
.-“Tengo la solución, los bachacos se encargarán de cortar el Árbol, ellos no duermen y trabajan 24 horas, sin descanso”.
Así se los comunicaron y estos comenzaron su tarea.
Al poco tiempo ya habían logrado cortar el tronco del Árbol, pero este no caía, se dieron cuenta que estaba sujetado, con las ramas y lianas, de las estrellas y estas eran muy fuertes para los bachacos y no podían cortarlas, de nuevo se convocó a una reunión y después de mucho hablar, Ardilla dijo:
.-“Yo puedo subir a lo alto del Árbol y cortar las ramas y lianas que lo sujetan, soy muy ágil y muy buena trepadora”.
Así lo comenzó a hacer y después de muchos días logró terminar la tarea.
El Árbol comenzó a caerse y Ardilla no tuvo tiempo de bajar por lo que al saltar de una altura tan grande murió, su imagen permanece hoy visible en la piedra de La Ardilla.
Al caer el Árbol esparció todos sus frutos por la selva y es por ello que hoy tenemos todo tipo de manjares a nuestra disposición, Caña de Azúcar, Piñas, Cacao, Naranjas, Plátanos, Yuca y tantos otros que sirven de sustento a todos los seres vivos de la tierra.
Hoy, podemos ver parte de su tronco aún erguido y en su costado se observa la casa de Ardilla, que, tal y como ella lo pidió, quedó por debajo del corte que realizaron los Bachacos.